viernes, 31 de octubre de 2008

Nuestras lágrimas dibujaron un presente, te amo

El piano avanzaba en la soledad,
enseñándole a nuestro amor, como amar.
Lágrimas maduras en nuestros párpados.
Odio e ira, caminamos por la vida.
No me eches la culpa por no besarte.
Únicamente no siento esas ganas de antes.
Ahora simplemente con un abrazo, basta.
Acaricia mi cabello en las horas de invierno,
pues es cuando mas frío tengo, abrígame.
Hazme sentir que soy parte de tu piel,
con nuestros años hemos aprendido a amar.
Tus lágrimas y las mías ya dicen te amo.
Antes únicamente decían, te quiero.
El tiempo y el paso de nuestros años,
nos han reconfortado por dentro.
Al fin hemos aprendido esa palabra,
tan significativa y tan grande, te amo.

Una rosa abandonada en el olvido

Aquella noche había estado lloviendo,
nuestros cuerpos probaron el deseo.
Inesperados encontronazos de nuestra mirada.
El cristal presentía un mal desenlace.
Cuando marchaste, quedé callada,
aturdida en una habitación apagada.
Las lágrimas recorrieron mi soledad.
Tus palabras me hirieron, me mortificaron.
Sigilosa, como una pluma que se aleja,
yo iba impulsada por un viento de mar salada.
Yo allí sensible ante tus malas palabras.
Llorando como una tonta, te fuiste y no te importó.
Me dejaste sola, abandonada como una rosa.

Córdoba cantaora

Tardes de copla y cante,
las palmas llevan el arte.
Mi guitarra quiere tocar,
cantar al son del placer.

Córdoba cantaora.
Te llevo en mis venas.
Al son de mi guitarra
coloreo tu mirada.

Sus patios son verdosos.
sentimientos frondosos.
Estos acarician mi alma
la que pinta tu mezquita.

Cuerdas de sentimiento,
rasgando una melodía.
Arte flamenco en vida
es el aire que tú suspiras.

martes, 21 de octubre de 2008

Las palabras son sueños

Un paraíso de colores alegres,
donde la magia cobra vida,
mis ojos son olores náufragos
que controlan presente y pasado.

Voces que inundan mi savia.
He sido el creador de tu corazón,
El que le dio la vida y la salud.
El que sembró la purificación.

He dado vida a miles de objetos,
sembrándolos de sueños reales.
Sueños que poblaron mi pasado y
ahora deben volar como pájaros.

Colores silvestres y verdeados,
estos nacieron en mis párpados.
navegaron hasta mis dedos,
llenándolos de inspiración.

Palabras y sueños juntos,
creando mundos fantásticos.
Cobrando vida en el pasado,
creando un futuro nostálgico.

Las palabras son sueños,
sueños que yo he creado.
Instantes llenos de virtud.
Momentos llenos de emoción.

La noche, la luna y el silencio

Noches violetas azuladas,
la luna está desorbitada.
Sus caras yacen dormidas,
soñando los sueños perdidos.

Las horas han envejecido,
velas encima de mi cómoda.
Amarillento color apagado.
El silencio ha llegado.

Las nubes traen sus virtudes,
una riega de agua plateada.
La lluvia moja mis entrañas,
llevándose las malas hierbas.

Yo, la luna:

Las estrellas quieren tocarme.
Ellas me abrazan suavemente,
cuidando eso sí, mi maquillaje.
Mis bellos se erizaron.

Yo, el silencio:

Fue el viento que los marchitó.
Acariciándome a su paso,
mi silencio se hizo amargo y
mis sentidos se despertaron.

Carita de ángel

Te ganaste mis lágrimas y mis besos.
Un cariño respetuoso y muy sincero.
Carita de ángel, carita dulce y melosa.
Ayer tarde pude conocerte, princesita.

Yo andaba buscando alguien así.
Una persona a la que poder consentir.
Mostrar todo el cariño que llevo en mí.
Me has devuelto las ganas de vivir.

Carita de ángel, con alas blancas.
Princesa de cuento con mirada tierna.
Eres esa flor que andaba buscando.
La amistad sólida que quería forjar.

Una estrella me ilumino ayer noche.
Fue la luz envolvente de tu corazón.
La sonrisa iluminó a nuestras manos.
Ellas se saludaban con entusiasmo.

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La luna me ha dicho:

La luna ha querido saludarte.
Yo la mandé un recado para ti.
Le dije, este es mi ángel dulzón.
Cuídala y mima sus ganas de vivir.

Ella ha nacido de una bola de cristal.
Ha llegado desde un cielo lejano.
En mi mirada ha dejado su encanto.
Sembrando el cariño a su paso.

La luna me ha dicho que eres única.
eres un regalo muy preciado.
Un te quiero de mis labios,
y un abrazo te has ganado.

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No puedo decirte adiós:

Adiós es una palabra muy triste.
He soñado con tu carita dulce.
Las lágrimas bajaban por mis párpados.
No eran lágrimas de amargura.
Eran lágrimas de emoción.
Lágrimas que secuestraron mi corazón.

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Este escrito se lo dedico a todas esas personas
que alguna vez pasaron por mi vida y dejaron su
cariño en forma de sonrisa. Quiero dedicarlo
también a una amiga muy especial que ha estado
siempre en lo bueno y en lo malo, así como todas
esas personas que me han regalado un granito
de su amistad sincera y verdadera. Un abrazo.

Tú mirada acarició mi corazón

El rosa dibuja tu carita dulce,
mis ojos te colorean de ilusiones.
Yo soy el aliento de tu cabello rubio.
La brisa que habita en tu corazón.

He querido mirarte intensamente,
para comprender tan enigmático rostro.
No consigo expresarlo con mi habla,
por eso lo expreso con dulces palabras.

Me gustaría sacarte unas gotitas de lluvia,
aquellas que se emocionan fácilmente.
Lágrimas que hacen brotar la felicidad.
Lágrimas que seducen nuestra amistad.

Eres mujer y a la vez una rosa muy dulce.
Mimas y consientes con tu mirada.
Tus labios rosados, frondosos y suaves
son los pétalos de la rosa que te ha creado.

Quisiera haberte conocido mucho antes,
para acariciar tu corazón de chocolate.
Tan tierno, tan dócil, tan delicado;
tus ojos son ternura, tú mirada me habla.

Tus ojos:
Me describen el corazón que tienes.
Único y envolvente, me acariciaste,
me hiciste sentir parte de tu vida,
parte de tus lágrimas prohibidas.

He aprendido a mantenerme distante,
he querido ser la lluvia que te colma.
describir tan hermosa escultura,
las curvas que recorren tu hermosura.

sábado, 18 de octubre de 2008

El cuadro expone amor romántico

La llegada del romanticismo.
nuestras miradas quieren comer,
es hora de juntar nuestras manos,
hechizaremos los ojos al mirarnos.

Pintadas de color naranja,
rojos cálidos en nuestros cuerpos.
Rosas que acompañan al sendero.
Tú mirada ocultas tras un velo.

Mirábamos cada uno para un lado.
Yo imaginaba mis labios en tu alma,
tu descendías al centro de mi vida.
Es hora de amarnos; píntanos.

Tiñe el cielo de un color amarillo,
las flores serán nuestro testigo.
Pintadas hechas con mucho cariño.
El cuadro expone amor romántico.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Beso envenenado de la gracia presente

Acomplejado por mis delirios,
el cielo ha querido oscurecerse.
No quieres mostrarme el arte.
Entonces dejaré de crearte.

Mis ropas se han descolorido,
la noche ya no llora más y
las estrellas yacen escandalizadas.
Los cometas esconden sus miradas.

A través de las noches oscuras.
vagando por tus sueños infames.
En busca del arte omnipresente,
propagando la vanidad en tu sombra.

Ojalá decaigas en el océano estrellado.
Las miradas te seguirán al pasado.
Recorreré el camino de ojos azules,
donde los míos aprendieron tus virtudes.

Noche demencial que espera tu muerte.
El mundo quiere brotar con tu quema.
Borbotones de figuras parpadeantes,
pueblan un cielo cobarde.

El rey espera nuestra llegada.
pasos en la moqueta de color celeste.
Alfombra plagada de encantamientos.
Dibujos que describen nuestro presente.

La corona de la obediencia nos mira.
sus ojos brillan asesinando los nuestros.
La perla rubí es de color rosa claro.
Gema granate que esconde su sustancia.

El paso al más allá muestra el camino.
Los árboles de estrellas cambian de color.
Simbiosis de cuerpos inscritos en tu galaxia.
La nebulosa brilla desprendiendo su corazón.

Es hora de adueñarse de nuestro reino.
Tu tumba has cavado con un arte sangriento.
Las estrellas ya no te obedecen, no te quieren.
Yacerás enclaustrado junto a tu mala suerte.

Unidos por un lazo de amor

Las copas de vino yacen vacías.
nuestras miradas siguen quietas.
tus besos quieren aprovecharse
y probar la miel de los míos.

La cortina deja entrar a la brisa.
Un viento se da cuenta del afecto,
nuestros cuerpos deliran sustancia y
caen las gotas de un sudor correoso.

El deseo mutuo ha quedado exhausto.
Ahora duerme en nuestro interior.
El fuego se ha ido a dormitar, y
las caricias empiezan a relucir.

Tu carita dulce es de color rosa,
se enrojece cuando la estremezco;
mi piel se eriza cual invierno
se quema sobre el verano inquieto.

Ayer tarde noche estuve feliz.
Hoy miro por la ventana y
siento que no ha sido un sueño.
El sol me alegra con su reflejo.

El amanecer de las hojas otoñales
ha querido vivir nuestra unión.
Nuestras vidas están unidas.
Unidas por un lazo de amor.

A través de las puertas

Tu voz me llama desde lejos.
no quieras quitarme los sueños.
El invierno despierta mis sentidos.

Quiero acurrucarme en tu abandono,
ser parte de tus besos adormecidos,
conquistar tu secreto más íntimo.

Llevo esperándote mucho tiempo,
vengo en las noches a buscarte
y aún espero encontrarte.

Mi antifaz está lívido, mis ojos
te han estado mirando muchos siglos.
Tu vestido es azul; azulado profundo.

A través de las puertas del futuro.
En esta tierra fría y descolorida,
ocultándome de tu mirada pálida.

Un momento para pensar que hacer.
El candado se ha cerrado, te has ido.
El arroyo me ha traído a tu castigo.

La neblina ha querido esconderse,
para así traerme un sol vagabundo,
el cual me curaría del inframundo.

A través de las puertas de tus ojos.
Miro y no dejo de ver tu cuerpo,
arrodillándose ante mi despojo.

Pasos a medianoche

El trueno llama a la noche,
esta responde con avaricia.
La lluvia trae su derroche
Llenando el otoño de desorden.

Orillas de tristeza oscura,
tus pasos abren la locura,
trayendo la amargura.
Susurros a medianoche.

La ventana está entreabierta.
La cortina ventila sus trapos.
Hay huellas en mi pasillo
son blancas y translúcidas.

Las hojas remueven al viento
esconden sus venas en invierno
brotan, revientan y mueren
caen como un mal recuerdo.

¿Un murmullo o un delirio?
Una voz me llama en sueños.
Ambientación frágil e inocente.
Mis manos suspiran lo no vivido.

Te esperé y no llegaste

Tus ojos ya no están en mi norte,
los escondí debajo de mi almohada.
Desaparecieron las luces de otoño,
marcharon a buen puerto recóndito.

Invierno trajo tempestades de calma,
me adentré en el laberinto de tu alma.
Allí prendí fuego a un papel blanco,
para refugiarme de tu desencanto.

Tú corazón de cristal es traslúcido
y demasiado fuerte para mi suerte.
Frágil, pero a la vez desobediente;
se marchó como un ave silvestre.

Verano escondió muy bien sus cartas.
Yo miraba a través de la ventana.
Veía miradas que se coloreaban.
Amarillentas, rojizas, azuladas.

Esperándote estaba en mi morada.
Mordisqueando una manzana.
El gusano escapó de mis dientes.
El sol acarició su suerte.

La voz de tu cielo me llama

¿Tristeza porque me arrebataste las lágrimas?
Mis penas clavan la memoria del presente.
Volví al pasado buscando un susurro y
encontré tu vida naufragando en silencio.

Una vez más salgo a mirar la mar callada.
Mis manos ya están arrugadas y dolidas.
De niña fui un ave de paso que no callaba.
ahora soy un ser que no se quiere apagar.

El piano se oye en mis sueños diarios.
Un funeral quizás, una línea que mancha.
Unas gotas de lluvia que me desbaratan,
es la voz de tu cielo la que me llama.

Mis ojos escupen lágrimas de arena.
Mi piel se desmorona y se apaga.
Las horas avanzan, caigo al suelo.
Tus recuerdos los guardo en mi pecho.

viernes, 10 de octubre de 2008

Ceiron y el ángel de alas purpúreas

Ceiron y el ángel de alas purpúreas

Mis ojos describen el paraíso omnipresente.
Las heridas sangran la torpeza del ayer.
Mi fiel acompañante y mis alas rosáceas,
El día se esconde y las estrellas renacen.

Una noche en la que deshojamos rosas de vida.
El viento sucumbe delante de nuestras risas.
Un cazador blanco con pelaje rugoso y frágil.
Y el ángel cuchicheando duerme sobre su lomo.

La lluvia golpea a las rocas de nuestro norte.
Apunto de amanecer y el sol se esconde.
Nuestras almas refugian la suerte perdida.
Abrazados los dos, como fuego y cenizas.
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Acto 1: Es hora de marchar

El equipaje debemos recoger.
Un sol comienza a regalarnos su vida.
Los ropajes colocamos en mi espalda.
La bolsa está preparada, podemos marchar.

Puntiagudas mis alas, rojas o rosáceas
escupen gotas de lluvia acumuladas.
Mis manos son garras que se afilan con tu piel.
Tus colmillos apresan las presas al anochecer.

Es hora de marchar tras la guerra perdida.
Las lanzas debemos empuñar en nuestro caminar.
Avanza con cuidado, las piedras resbalan.
Yo pisaré los charcos y la tierra que nos habla.

Un descanso merecido debajo de esta morera.
Las frutas comienzan a salir tras la primavera.
Es hora de cubrirnos y pasar desapercibidos.
Las sombras hablan, cuidado, cierra tu alma.
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Acto 2: La niña de los ojos de plata

Avistamos un pueblo en la hondonada.
Ceiron se esconde para no ser visto.
Las casas de madera escupen humo negro.
Sus chimeneas acogen mi desenfreno.

Antes de llegar a las puertas del pueblo.
Una chiquilla juega con su pequeño pastor.
Yo deshojo una rosa herida en mi corazón
y ella sonríe llamando mi atención.

Ojos de plata, miradas enfrentadas.
Únicamente yo tenía ojos plateados.
Milagro, confusión, hija única,
sin hermanas, el ángel caía arrodillado.

Sangran mis ojos en una tarde de abril.
Se desvanece mi memoria, se apaga.
Se cubren mis manos por el frío.
Me desvanezco cual rosa de invierno.
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Acto 3: El destino nos ha unido

Las luces se abren para mis ojos.
Las velas se derriten en el cuarto.
La niña de los ojos de plata.
Me mira, me paraliza, me desgarra.

La familia mira desconcertada.
El parecido similar los asombra.
El destino los une cual luciérnaga
come sobre el pastel de bodas.

La noche comienza con su derroche.
Juegos y fuegos artificiales.
Fiesta en el pueblo, chillidos.
La plaza quema la agonía allí rendida.

Charlas y charlas, las niñas hablan.
El ángel de alas rosáceas y ojos blancos.
La niña frágil y mimosa de ojos plateados.
El ángel sangra y ella trae agua para curarla.

Sus heridas se calman, y sus almas se juntan.
Vecinos llaman a la puerta de la morada.
Toc-Toc, desechos de vida en las afueras.
La tristeza colma su bienvenida.
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Acto 4 : Más allá de las rocas

Introducción – Narrador.

El ángel que os cuento en esta historia,
es un ser maravilloso, frágil, sutil, hermoso.
Ayudante de la vida de los menos favorecidos.
Su nombre es Ariel, el ángel rosáceo de ojos
plateados y mirada cautivadora. Y el amigo
que le acompaña se llama Ceiron, un lobo
blanco, elegante, fastuoso y pulcro. La niña
de ojos plateados, se llama Esmeralda.

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Ceiron se hallaba herido en todo su esplendor.
Sus heridas rasgaban toda su piel blanca.
Su compañera y fiel amiga quería ayudarlo.
pero su desmayo la había flaqueado.

Diálogos de tormenta en las horas cruciales.
La niña de los ojos plateados hablaba de un milagro.
Hierbas medicinales para curar al recién llegado.
Escondidas en las rocas, más allá de sus memorias.

Esmeralda pone toda su elegancia para ayudar a Ceiron.
Su padre niega de su fuerza, y la hecha para atrás.
Sus puertas se cierran y ella no puede hacer nada.
Sólo toca esperar hasta el próximo amanecer.
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Acto 5: Caída en la derrota

Los jilgueros cantan y dan la bienvenida a un día frío,
el aroma de la lluvia había dejado las huellas secas.
Un frío invernal y correoso llegaba a nuestras vidas.
Ceiron había empeorado y se reflejaba su desconcierto.

La gente del pueblo organizaba una partida al bosque.
Elrond lleno de abetos, pinos y bayas comestibles.
Zorros, pajarillos, lagartos y demás animaluchos.
Animales cobijando a las plantas de aquel lugar.

Mientras la niña de ojos plateados miraba a Ariel.
Esta tocaba con suavidad el pelaje de su amigo.
Ojos de plata, ojos blancos que lloraban la tristeza.
Las gentes del pueblo cuchicheaban a sus espaldas.

La familia de Esmeralda echaba a los curiosos.
Esta había acogido con cariño a Ariel y a su compañero.
Cada vez menos horas para su cura, sus memorias
escondían guerras y aventuras infinitas.

Lloraba desconsolada repitiendo una y otra vez:
No puede desaparecer, es mi vida y mi juventud.
Es el aroma que recorren mis lágrimas prohibidas.
Es el corazón hermanado de mi ida escondida.

Esmeralda calmaba sus lamentos erguidos.
El animal inquieto chillaba por el dolor escondido.
Sus heridas desprendían borbotones de sustancia.
Sangre roja, herida profunda, caída en la derrota.
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Acto 6: La orquídea roja

Escogidos los ayudantes de Esmeralda, el padre
había concedido definitivamente la partida a su hija.
A través de caminos llenos de zarzas y morales
caminaban con cuidado despejando todo a su paso.

El jefe del grupo se hacía llamar Ahsmir el valiente.
Un fanfarrón acomplejado por su gordura infame;
insolente, orgulloso, creyéndose el más fuerte.
Llegaron al destino solicitado, las abejas al frente.

Un aroma amarillento; se decía que era de aquel panal,
donde las abejas se cultivan, para cultivar la miel.
Algunos hombres se abalanzaron sobre el árbol y
el panal cayó con la miel encima de sus cabezas.

Corrían que se desplumaban, picaduras y dolores.
Esmeralda por un instante tenía calma para pensar.
Un plan debía organizar para buscar la orquídea roja,
que yacía escondida en las cavernas debajo del agua.

¡¡Ayuda!!, socorro, me ahogo, grrrrrrrrrr.
Por un instante la muchacha quedó perpleja.
Esa voz le sonaba muy familiar, era un viejo amigo.
Desconocido quizás para muchos, un pescador.

Dentro de la caverna, Esmeralda corría sin sol ni sombra.
Llegaba a su destino y no veía a su amigo. Tiró una cuerda.
Y en ese instante el hombre de mediana edad la sujetaba.
Fuerza para estirar, la patrulla de Esmeralda regresaba y ayudaba.

Sano y salvo, el hombre salía del agua cristalina
y de pronto se visualizaba en sus alforjas la orquídea roja.
Granitos de porcelana colgaban de la mochila del pescador,
eran granos de té para dormir en las noches heladas.

Noche agitada, el grupo en la caverna adormecida.
Paredes grises, figuras extrañas, voces escondidas.
El pescador cayó rendido tras un lingotazo de té.
Esmeralda aprovechaba y corría con las hojas rojas.

Sin pensarlo ni un instante, dejó la caverna y escapó.
La vida de Ceiron corría peligro. Había que salvarlo.
Sus compañeros yacían dormidos y el pescador atontado.
Ariel relamía la llegada de la niña, la de ojos plateados.
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Acto 7: Alegría en su mirada, la despedida.

La llegada de Esmeralda produjo en Ariel una alegría enorme.
Las hojas rojas dio a su madre y esta preparó una infusión.
Té rojo para curar a Ceiron, el lobo blanco y obediente.
Papillas de cereza para calmar las heridas de sangre.

A la mañana siguiente:

Ariel y Ceiron despedían a los pueblerinos del lugar.
Tras el encontronazo de Esmeralda y Ariel, y el parecido
tan alarmante entre las dos muchachas. Un nuevo camino,
y un nuevo destino iba a marcar la vida de estas dos almas.

Continuará…………

martes, 7 de octubre de 2008

Egipcia

Egipcia es una niña a la que puedo admirar
con un velo blanquecino que tapa su rostro.
Egipcia es mi vida, tan olvidada, tan antigua.
Tan renacida, que de pronto empieza a crecer.

Un día que nace con la salida de un sol
ardiente. Un sol que renace constantemente.
Una belleza que puedo ver muy lejos,
es mi ciudad antigua. Antiguo Egipto.

Egipcia es mi alma cuando vive esta vida.
Un sol naciente que me ilumina y me cambia.
Egipcia es mi belleza interior que renace
cada vez que mis ojos ven el sol reluciente.

Oh señor del sol que me das poder para beber,
de estas, nuestras tierras tan fértiles.
Oh señor del sol que me das poder para comer,
de estos, nuestros frutos tan vivientes.

Es un pajarillo el que vuela por encima de mí.
Encima de mi barca voy navegando por el azul
del río nilo. A lo lejos puedo admirar papiro.
La planta que utilizamos para crear suspiros.

En él, suelo escribir todas las tardes;
los pensamientos que salen de mi corazón.
Para Egipcia mi verdadero amor, la que hace
que mi corazón se salga de su interior.

Egipcia, la flama de mi vida que vive en mí ser.
La que se funde en mis sueños hasta perecer.
Prisionero, acobardado fuera de su destino.
A su vera, puedo estar tranquilamente con ella.

Un tesoro que se abre tras las montañas del nilo.
Son monedas de oro en un pequeño cofre inundado.
En lo alto de una palmera se puede ver un pergamino.
Son las instrucciones de uso de este artificio.

En el interior de tan admirado tesoro.
se puede llegar a ver un pequeño puzzle,
con tres posibles combinaciones. Dos manos,
Dos caras, dos cuerpos inundados en vino.

Egipcia es nuestra vida llena de simpatía.
Las manos de la amistad nos dan la felicidad.
Egipcia, nuestra naturaleza llena de alegría.
Dos rostros dándose un beso reflejan amor.
Egipcia es la luna que nos admira cada noche.
Dos cuerpos desnudos en vino, dan la pasión.

Navegando por el río de mis sueños,
voy contemplando como las almas vuelan.
Tan indefensas en su tristeza, ahora
viven felizmente, tras la liberación
de su cárcel de piedra.

Egipcia, mi ciudad emerge de las cenizas.
Oh Egipto, nuestro Dios nos da poder.
Es nuestro señor del sol. Nuestro iluminador.
Oh señor del sol, nuestros días terminan.

lunes, 6 de octubre de 2008

El interior

Ojala pudiera entrar en tu corazón
y sentir lo que tu estás sintiendo.
Vivir de cerca tus emociones.
Vivir de cerca tus sentimientos.
Como un barco de vela,
que se adentra en mar adentro.
Las olas serán tus inquietudes
y el viento, tú pensamiento.
------------------------------
Uno de mis primeros escritos.
El cual lo estimo mucho y le tengo
gran cariño y admiracion.
A pesar de ser muy cortito el
significado que lleva es muy grande.

viernes, 3 de octubre de 2008

El cristal se volvió gris

Ayer era jueves y hoy es viernes.
Toda la noche pensando en ti.
¿Cuándo vas a venir?
Mi corazón empieza a sufrir.

Han llegado las gotas de lluvia y
con ellas, el cristal se empapó.
Se escurren tus dedos de mis manos.
Te desvaneces y caes al suelo.

El dolor consume a nuestra agonía.
Los lloros saltan al vacío de la noche.
Tu falda se empapa con las flores,
que caen del cielo como algodones.

No se como expresar tanta rabia.
Una furia escondida en mi pecho
quiere escapar de este mal recuerdo.

Lágrimas de sangre que recorren
una vida desmenuzada por el fuego.
Las llamas se convierten en rosas.
Vuelan, y vuelan como mariposas.

La fachada de tu rostro es insolente.
Refleja una oscuridad impotente.
No puedo hacer nada por salvarte.
Refúgiate en mis besos y escaparemos.

La nostalgia enjauló a mi corazón.
Tu momento llegó y se evaporó.
Calma y deseos para nuestra vida
que se esfuma como una mala noticia.

Aún no he escrito nuestro amor.
Una luz se oculta en nuestra vida.
Tus gemidos producen cosquillas.
El bostezo de tu mirada me acaricia.

Alejado de tus caricias de arena

Palpitante está mi pobre corazón.
Alejado de tus caricias de arena.
Un olor denso llega a mis labios.
Sedosos, suaves, cremosos.

El viento corretea entre las flores,
estas cierran sus pétalos de sabores.
Las hojas se bañan del momento,
aguardando a tu frágil deseo.

Besos atormentados de fogosidad,
sucumben ante nuestro hechizo.
Medianoche sobre nuestras miradas
Acariciando nuestras carnazas.

Tus uñas coloreadas en negro,
desfiguran mí rostro semihumano.
Un instante de deseos eternos
vagan sobre nuestros cuerpos.

Caricias que sostienen odio.
Clavándose como aguijones.
La vida ha marchitado mi rosa
y la muerte, la vuelve piadosa.

Tormenta sobre nuestras almas.
Rayos de luz, rayos de añoranza.
Luces que colman mi esperanza.
Buscando a mí media naranja.