martes, 31 de mayo de 2011

Unicornio

De delantal blanco,
tapizado de suave cuerpo.
Escultural desafío,
quietud de rocío.

De campo galopado.
Hemisferio alumbrado.
Atónito de requiebro.
Lunado introvertido.

De sus andares en cuclillas.
Despeinadas huellas,
con arenas de galopada.
Unicornio de luna agotada.

El sentimiento profundo.
Su corazón rudo adolorido.
Sin dudarlo, observando,
el adiós de un, caminando.

Autor: Francisco J. Román
Fecha: Diciembre de 2009
Imagen: Internet

domingo, 29 de mayo de 2011

Todavía hay esperanza para las aves

Todavía la hay.
Ahílas hiladas en alza.
Aves volando por senderos.

Ecuánimes al destierro,
huyendo de algo o
más bien escapando del fuego.

Un sol abierto se las quema
y hayan el desconcierto.
El agua las salvará del miedo,

Pintando en sus picos, el riesgo.
Todo riesgo conlleva trabajo,
sin trabajo la alegría caerá
ante el desencuentro.

Autor: Francisco J. Román
Fecha: Marzo de 2011
Imagen: Internet

lunes, 9 de mayo de 2011

Una lágrima aulladora

Vagando por mil confines,
de eternas realidades,
satisfago mis ganas de verte,
caminando hacia el ala oeste.

Doy un grito al aire
y el león se alborota,
turbando mi rugido altanero,
tu llamada me descompone,
y el corazón se vuelve de hielo.

Una lágrima versátil,
adolorida en la esquina norte;
cae en picado hacia abajo,
por las lindes de doña tristona.

Sentada en la hamaca murmura,
que las estrellas no tienen nombre,
ni vida, ni lugar o procedencia,
ella las colorea con su mirada,
bajo un pestañeo lleno de lagañas.

Ella las nombra como le da la gana,
con nombres de flores nacidas de la madreselva,
tropicales y aulladoras de su condena.

Autor: Francisco J. Román
Fecha: Marzo de 2011
Imagen: Internet

domingo, 8 de mayo de 2011

Ella

Gracias por darme la vida
y consigo mismo, tu néctar,
no el de las flores, si el del amor,
ahora yo amo tu corazón,
y abro mis alas con dedicatoria.

Dedico un par de líneas,
a esa rosa que no se derrumba,
y que siempre está ahí,
ante cualquier adversidad.

Un ser que sin pedir nada a cambio,
caricias otorga, dulzura y bienestar.
Palabras sabias, repletas de amistad.

Un ser de otro hábitat, fuerte de corazón,
que nada ni nadie lo detiene,
batalladora de mil hazañas.

Madre, tu hijo está contigo,
esperándote en el camino,

Madre un año ha pasado,
en tu rostro se dibujan
los surcos de la edad, del cambio
aunque estos te hacen más bella,
el tiempo no pasa a tu vera,
ya que tu entereza renacerá,
y de ella, el amor para dar.

¡GRACIAS!

Autor: Francisco J. Román
Fecha: Mayo de 2011
Nota: Este poema se lo dedico a todas las madres.