viernes, 21 de septiembre de 2007

Caracol

Un caracol alegre deambula
por un campo iluminado.
Su piel atrapa toda
la suciedad y las alimañas.

Su sed va calmando,
gracias al agua de lluvia
que se va desprendiendo
de los acantilados.

Va entrando en los árboles
se va escurriendo por el
tronco, y cae en las hojas
tan verdes y hermosas.

De las hojas cae al suelo.
Tan cristalina el agua.
En los charcos se aparca.
Un rato para descansar.
Un animal que degusta
tan preciado manjar.

Este maravilloso ser
transporta su casa.
Duerme dentro de ella y
su lentitud lo consuela.

1 comentario:

maggie dijo...

Qué maravilla el caracol, qué ganas de ser como el y poder viajar trasladando la casa para recorrer tantos sitios hermosos de nuestro planeta. Bello de verdad.
Maggie