martes, 22 de abril de 2008

Más pálido que una mirada invernal

Tan brillante como el sol.

Tan distante como tu calor.

Tan observadora como mí mirada.

Tan siniestra como tu tez pálida.


¿Qué es? ¿Qué puedo tener?

Un silencio en mi alcoba.

Una prisión de fragancias.

Una sensación incolora.


Seduce esta mente inapropiada.

¿Qué piensas sobre la alborada?

¿Es dueña de ti o de mí?

Es un sentimiento sin vivir.


Debo vivir todas las mañanas.

Cada uno de los segundos.

Cada uno de los minutos.

Todas mis horas olvidadas.


Demasiada oscuridad veo.

Dentro de ti, de tu cuerpo.

Es un hecho que te colma.

Es un techo que te ahoga.


Debo vivir y sentir.

Debo dibujarte la alegría.

Debo sentarme en tu aroma.

Más profundo que una rosa.

1 comentario:

maggie dijo...

Me impactó el contenido de este poema, es como el frío en el alma que siento a veces, una vez más lograste llenarla de calor, gracias.
Besitos Maggie