En mi alforja guardo reliquias.
Los pensamientos de antaño.
Aromas oscuros de mí pasado.
Los peldaños fui pisando.
Palpando con mucho cuidado
las escaleras escurridizas.
Miraba un cielo tan cercano.
Con sus nubes blancas y oscuras.
La torre divisaba desde abajo.
Me adentré en una niebla espesa.
Dejando atrás un palacio azulado.
Con sus nubes y el sol a un lado.
Enfrente pude ver un almendro.
Con sus ramas frondosas y verdes.
Húmedas y lóbregas de haber llovido.
Sentimientos guardados en mi mente.
Que han salido a pasear un rato y
se reflejan en mí palacio azulado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario