Nuestro escondite en el más allá
está cubierto de lágrimas y soledad.
La ignorancia me dejaba tenerte.
Ahora solo veo arañazos de muerte.
Una espina clavada en mi piel
se dejaba enloquecer por tu cuerpo.
Cuando tus uñas me arañaban fuerte,
yo sentía la pasión hasta enloquecer.
Ahora solo siento gemidos de dolor.
Esta herida no se quiere cerrar.
Mis alas sienten esa hipocresía.
Las penas de esta miserable vida.
Otra noche de desesperación.
Otro día más que tú no estás.
Mis lágrimas vuelven a brotar.
El ángel ha vuelto a llorar.
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