Recorreré tus montañas rocosas.
Disfrutaré el ambiente natural
de las colinas sonrojadas que
me llegan al alma y me hacen llorar.
Calmaré mis deseos de libertad,
gracias a ellos no pararé de volar.
Seduciré a la diosa mañanera y
caminaré detrás de su ternura.
Observaré tal belleza lejana.
Tantas y lindas flores encantadas.
Me detendré por un solo momento y
contemplaré la brisa de la mañana.
El hada que nos da la felicidad,
nos abre las ventanas de la vida.
Para que saquemos nuestra cabeza
y con nuestras manos acariciemos
la ventisca producida por su sonrisa.
Un blanco exterior cubre su cuerpo
y la seda es cocida por el viento.
Una belleza esculpida por el frío,
y la alegría envuelve su ego.
Disfrutaré el ambiente natural
de las colinas sonrojadas que
me llegan al alma y me hacen llorar.
Calmaré mis deseos de libertad,
gracias a ellos no pararé de volar.
Seduciré a la diosa mañanera y
caminaré detrás de su ternura.
Observaré tal belleza lejana.
Tantas y lindas flores encantadas.
Me detendré por un solo momento y
contemplaré la brisa de la mañana.
El hada que nos da la felicidad,
nos abre las ventanas de la vida.
Para que saquemos nuestra cabeza
y con nuestras manos acariciemos
la ventisca producida por su sonrisa.
Un blanco exterior cubre su cuerpo
y la seda es cocida por el viento.
Una belleza esculpida por el frío,
y la alegría envuelve su ego.